sábado, 17 de noviembre de 2012


RESEÑA CARLOS ENRIQUE LEDHER




Mediante este blog, podemos estudiar algunas de las vivencias, actividades,  vida y extradición de Carlos Enrique Ledher, aquí podemos encontrar imágenes y unos pequeños resúmenes de lo que fue la vida de Carlos Lehder.
Tenemos también tres videos extraídos de la página de Youtube, y algunas pequeñas historias sobre el personaje antes mencionado, esto lo encontramos en Internet en la página de los personas delincuentes más ricos de la historia.
Podemos encontrar un pequeño reportaje sobre las últimas visitas de Carlos Ledher y sus hijas en el siguiente link: http://www.elheraldo.co/revistas/latitud/carlos-lehder-25-anos-despues-73855.
Y algunas noticias que reveló la revista semana, el periódico el Tiempo y el Periódico el Espectador.

La vida de Carlos Lehder



Extinción de dominio a herederos mafiosos de Carlos Lehder


La Policía ocupó con fines de extinción del derecho de dominio 161 bienes de propiedad de Juan Diego Montoya Bernal, alias 'Mechas', señalado narcotraficante capturado en Uruguay el 25 de febrero de 2010 cuando participaba en el Latin American Poker Tour. 

Se trata de 133 inmuebles, 19 vehículos y 9 sociedades, todos valorados en más de 40 millones de dólares y ubicados en Medellín, Cartagena y Bucaramanga, así como en losmunicipios de La Estrella, Envigado, Itagüí, Bello, Rionegro, Puerto Parra y Vélez, los cuales habrían sido adquiridos a partir de actividades de tráfico de estupefacientes a gran escala hacia Estados Unidos, vía Centroamérica. 

Montoya Bernal, quien en los últimos tiempos tuvo vínculos con la llamada "Junta Directiva del Narcotráfico" a través de los hermanos Álvarez Meyendorff y el recién capturado Jesús David Echeverry Trujillo, alias 'Alitas', se inició en el mundo criminal a partir de su relación con el clan de Benjamín Herrera Zuleta, más conocido como "el Papa negro de la cocaína", socio en ese entonces de Carlos Ledher Rivas. 

Según el director de la Dijin, general Carlos Ramiro Mena, la esposa de alias 'Mechas'es sobrina de este individuo, quien en su momento ayudó a Ledher para establecer un punto de escala en Bahamas, a fin de almacenar decenas de toneladas de cocaína, que posteriormente eran despachadas a territorio norteamericano. 

"Con base en el soporte que le daba la herencia de esta estructura mafiosa y los contactos que por su cuenta fue abriendo en el mundo del narcotráfico, Juan Diego Montoya Bernal selló fuertes alianzas con los Carteles de Sinaloa y los Beltrán Leyva en México,convirtiéndose en un objetivo prioritario para la OFAC, la INTERPOL (que expidió una circular roja en su contra) y la propia Justicia de Estados Unidos, a donde fue trasladado por requerimiento de una Corte del Distrito Sur de la Florida, luego de su captura en el Cono Sur", agregó el alto oficial. 

Cabe recordar que cuando se llevó a cabo la diligencia judicial que permitió su arresto enMontevideo, alias 'Mechas' portaba siete pasaportes diferentes, que además de facilitar su movilidad por el Continente, le permitieron participar en el certamen internacional de poker donde fue sorprendido. 

Según la Policía, el nivel de ostentación y lujo de las propiedades confiscadas era evidente. Entre los bienes ocupados hay tres apartamentos dentro de un prestigioso hotel en Cartagenaun gimnasio, un motel y varias fincas en cuyo interior fue encontrada hasta una mina para la explotación ilegal de oro, situación que por primera vez aparece en las expropiaciones a narcotraficantes.

CIERRAN INVESTIGACIÓN:

Medellín La Fiscalía Regional de Antioquia cerró parcialmente la investigación contra 8 personas que fueron detenidas con Carlos Ledher Rivas el 4 de febrero de 1987, y a las que se les sindicó de porte ilegal de armas.

Ledher fue capturado con 14 guardaespaldas en la finca Los Toldos, en Guarne, al oriente de Antioquia.
Según la Fiscalía General, el asunto es sólo procedimental ya que no se ha recibido la ingatoria a Lehder, que está recluido en la cárcel de máxima seguridad de Maryland, Estados Unidos. A las ocho personas vinculadas al proceso ya se les recibió indagatoria.
La Fiscalía recibirá la indagatoria de Lehder a través de la Oficina de Asuntos Internacionales, que realizará la diligencia en el exterior para que el ente acusador le resuelva su situación jurídica.

NO TESTIFICARÉ CONTRA LA QUICA : LEDHER

El narcotraficante Carlos Ledher Rivas dijo ayer que no ha hecho ningún acuerdo con las autoridades de los Estados Unidos para testificar en el proceso adelantado por tráfico de drogas contra Dandenys Muñoz Mosquera, La Quica , en la Corte Federal de Brooklyn. Ledher señaló que no tengo ningún acuerdo ni arreglo para testificar contra el sicario Muñoz Mosquera. No he hecho arreglo alguno con el Gobierno ni la Fiscalía de EE.UU.Me parece que la gente debe saber que no voy a participar en ese juicio .

Ledher -quien purga una condena en una cárcel especial de norteamérica por tráfico de drogas- dijo en una llamada a la cadena radial Caracol que ésta aclaración es de vital importancia.
Esto, inclusive para mi familia, puede tener repercusiones muy graves. Entonces me urge hacer esta aclaración de que en ningún momento voy a participar en este juicio de Nueva York , dijo.
Indicó que a través de un abogado se enteró de que al parecer en Colombia se había difundido la noticia de su supuesta intervención en el proceso contra La Quica.
Creo que se me ha puesto en una posición supremamente grave por noticias en ese sentido. Me afectan tremendamente, afectan a mi familia, afectan a mucha gente que verdaderamente es víctima inocente de este proceso , afirmó. qué Ledher dijo que mientras el Gobierno de los EE.UU. y la Fiscalía no cumplan con los acuerdos que firmaron en el caso del general Manuel Antonio Noriega (en él que Ledher fue testigo de cargo) , yo no puedo participar en ningún otro caso .
A mí me sacaron de Marion, que era un infierno y me trasladaron acá, pero hasta este momento, en la Fiscalía de la ciudad de Jacksonville, se han negado a cumplir con los acuerdos firmados a raíz del caso Noriega.
Inclusive la Fiscalía de Jacksonville se ha negado a cumplir también con el tratado de limitación de sentencias, firmado entre Estados Unidos y Colombia en 1989. Según este acuerdo, las sentencias contra los extraditados se debe limitar a los 30 años , explicó.

EXPROPIAN BIENES DE LEDHER

El Tribunal Nacional ordenó expropiar, a favor de la Nación, todos los bienes del narcotraficante Carlos Ledher Rivas, al que condenó a ocho años de prisión por narcotráfico y enriquecimiento ilícito.

Ledher cumple una condena a cadena perpetua en una cárcel de máxima seguridad en Mariland (Estados Unidos) por narcotráfico. El capo fue extraditado el 4 de febrero de 1987, luego de ser capturado en la finca Los Toldos, en Guarne (Antioquia).
Entre los bienes sobre los que recayó la extinción de dominio, dijo el noticiero CM&, se encuentran un reloj Rólex en oro avaluado en un millón de dólares, la Posada Alemana, ubicada en Armenia, varias fincas en el Guaviare, 100.000 dólares en efectivo que le fueron incautados y varios vehículos.

UNA CARCEL DE MIEDO
Nación SEMANA visitó Marion, la prisión más segura del mundo, donde está recluido Carlos Ledher.
EL SISTEMA CARCELARIo de los Estados Unidos despierta más de una envidia. Existen cárceles para todos los gustos. Las hay de cinco estrellas, estilo club Mediterrané, como es la penitenciaría federal de Fort Worth, Texas. En este centro de reclusión, los presos comen a la carta, participan en torneos de tenis, baloncesto y futbol americano, y tienen salas especiales para ver televisión. Hay otras que parecen más un campus universitario. En la prisión de Alderson, un centro de reclusión femenino al oeste de Virginia, las presas tienen la oportunidad de lograr su cartón profesional en administración de empresas o programación de computadores. Para ello cuentan con la asistencia de las universidades de Bluedield y Concord. Las detenidas que no saben inglés no tienen ningún problema, pues la enseñanza es bilingue y es obligatorio aprender español.
Otras centros penitenciarios tienen más afinidad con una fábrica. Es el caso de la prisión federal de Marianna, donde está recluido Hernán Botero, el primer colombiano extraditado a los Estados Unidos. Los inquilinos de Marianna trabajan en la fabricación y tapizado de muebles que distribuyen a los almacenes de la Florida. Las tres cárceles mencionadas están clasificadas por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos en los grados de baja y mediana seguridad. Un alto porcentaje de los presos es de hispanos que pagan condenas cortas.
Pero así como existen prisiones con todas las comodidades de un hotel de primera, también están las de máxima seguridad. Entre ellas, la más temida de todas, es la de Marion, Illinois, clasificada en el máximo nivel de seguridad, y única en su género en el mundo. En esta fortaleza, donde se han incorporado todos los adelantos electrónicos en seguridad que se han inventado, están recluidos 327 presos, considerados por las autoridades americanas como los más peligrosos de los Estados Unidos. Entre ellos se encuentra confinado desde hace tres años y medio Carlos Ledher Rivas, quien fue extraditado desde Colombia y fue condenado a permanecer en prisión por 135 años, es decir, el resto de su vida.
SEMANA logró que las autoridades norteamericanas le permitieran hacer un recorrido por Marion y durante tres horas dos reporteros conocieron las entrañas de la prisión. La cárcel está construida en un área de aproximadamente tres héctareas. Está localizada al sur del estado de San Luis, en una zona dedicada al cultivo del maíz. Rodeada de hermosos prados que parecen campos de golf. Marion, a primera vista, da la impresión de ser un centro de investigación científica. Pero a medida que la distancia se acorta, la realidad es otra muy distinta. Poco a poco, se hace evidente el riguroso y sofisticado sistema de seguridad: altavoces electrónicos por medio de los cuales los visitantes tienen que identificarse, ocho torres con vidrios polarizados, similares a las torres de control de los aeropuertos, que son garitas equipadas con circuito cerrado de televisión, teléfonos inalámbricos y armamento suficiente para repeler un posible ataque. Unos metros más adelante, cinco hileras de alambradas que se extienden por cerca de 10 metros rematan en garfios que no requieren de electrificación. A todo ésto se suma un laberinto de alarmas ultrasónicas, luces de seguridad y cercas metálicas. Aparte de los guardias que permanecen las 24 horas del día apostados en las garitas, ningun otro centinela aparece apostado en los alrededores de la cárcel. Toda la vigilancia exterior se realiza con cámaras de televisión estratégicamente ubicadas. En el interior, Marion es un mundo silencioso. De pisos brillantes y paredes blancas, tiene la apariencia de un hospital. Por sus corredores circulan enormes y musculosos guardias que no musitan palabra, equipados de grilletes, esposas y bastones de castigo. Para poder traspasar la primera puerta que conduce a las entrañas de Marion, el visitante debe someterse a una minuciosa requisa de cerca de una hora, que incluye sellos ultravioleta en la muñeca del brazo izquierdo, foto, y firma de un documento que, en letra menuda, dice que la entrada de licores, cigarrillos, documentos, revistas, grabadoras o cámaras es un delito federal que se paga con mínimo 10 años de prisión o una fianza de 250 mil dólares. Luego, otra puerta electrónica se abre por la acción de células fotoeléctricas y da paso a un largo pasillo estrechamente vigilado por cámaras y guardianes que permanecen detrás de pequeños cuartos cubiertos con vidrios oscuros. Para llegar a cualquiera de las 327 celdas, que son subterráneas porque en esta prisión no existe construcción vertical, es necesario pasar por 12 de estos puestos de control electrónicos.
En Marion ningún visitante puede acercarse a las celdas: Las visitas, que sólo están autorizadas para los abogados de los presos, se hacen en cabinas que están dividas por rejas metálicas. El desplazamiento de cualquiera de los reclusos es un operativo semejante a la movilización de un jefe de Estado. La cárcel se paraliza y el detenido, antes de salir de su celda, es esposado de manos y pies. Dos guardias le sirven de guía. Uno lo toma de las manos y el otro le sirve de apoyo en caso de una caída, pues los grilletes dificultan caminar. Tres guardias más van adelante, identificándose en cada una de las puertas electrónicas. Otros tres permanecen atrás, comunicándose por teléfonos celulares con la Dirección de la cárcel sobre el lugar en que se encuentran. Así condujeron a Carlos Ledher hasta donde se encontraban los reporteros de SEMANA. El desplazamiento demoró media hora.
Pero Marion no es sólo temida por las medidas de seguridad. La disciplina interna es implacable. Las celdas de confinamiento solitario apenas tienen dos metros cuadrados. En ellas una placa de cemento sirve de cama. No hay ventanas, ni siquiera un orificio por donde entre la luz del día. Los presos sólo tienen cinco horas de sol a la semana y este descanso matinal lo toman entre una jaula metálica de dos metros cuadrados. Sólo tienen derecho a ducharse tres veces por semana y no se permiten visitas familiares ni contacto con ningún otro recluso. En el caso de Ledher no se autoriza el ingreso de periódicos o revistas colombianas. La correspondencia personal sufre el rigor de la censura de la Dirección de la prisión. Todo lo que diga en una entrevista periodística puede utilizarse como evidencia en su contra. Las tres horas que permaneció con los periodistas colombianos estuvo vigilado de cerca por un guardia que hablaba español.
Con toda esta parafernalia de seguridad Marion parece más un campo de concentración que un centro de rehabilitación. Pero a pesar de ello ya dejó de ser para las autoridades norteamericanas una cárcel de super máxima seguridad. El próximo año se dará al servicio la Prisión Estatal de Colorado que según uno de los asistentes de la dirección de Marion, esa sí será una verdadera cárcel de seguridad.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Imágenes Carlos Lehder





Mas de Carlos Lehder

Cuando volvió a su ciudad, pocos recordaban a su familia, pero en medio de la ostentación de su dinero empezó a llamar la atención. Su primera inversión fue la hacienda Pisamal, situada a las afueras de Armenia, donde modificó la estructura del restaurante La Posada Alemana, para convertirlo en un lujoso complejo hotelero. Como prueba de su excentricismo, frente a su propiedad hizo levantar una enorme escultura de homenaje a John Lennon. Además, consolidó la empresa ganadera Cebú Quindío.
Hasta ese momento no era más que un repatriado que acostumbraba repartir dinero a los campesinos. Sin embargo, cobró notoriedad porque decidió regalarle a la Gobernación del Quindío un moderno avión. El extraño obsequio cogió de sorpresa a la clase dirigente de su departamento y hasta Bogotá, al despacho del entonces presidente Julio César Turbay, llegó la consulta sobre qué hacer con la aeronave. Al final fue legalizada con el aval del Ministerio de Gobierno. De alguna manera, era un hombre sin líos judiciales
En 1982, mientras en Antioquia Pablo Escobar Gaviria, en contravía de sus socios y de su familia decidió incursionar en política, Carlos Lehder Rivas hizo lo propio en el Quindío. Así nació su Movimiento Latino Nacional, fortalecido con el periódico Quindío Libre que repartía gratuitamente en las principales ciudades de Colombia. En medio de los discursos tradicionales de la política, el de Lehder tuvo un énfasis específico: la lucha contra el Tratado de Extradición. En 1984, su movimiento alcanzó a obtener curules en su departamento.
Pero definitivamente, como a Escobar, fue la actividad pública la que empezó a poner en la mira de las autoridades a Carlos Lehder Rivas. Abiertamente se exhibía en las calles de Armenia, de la misma manera como pagaba páginas en los principales periódicos del país, arengando contra la extradición. Acostumbraba a citar frases de Adolfo Hitler, de quien se confesaba gran admirador, y fueron de su cosecha frases de los mafiosos, como aquella que identificó a los extraditables: “Preferimos una tumba en Colombia que una cárcel en EE.UU.”.
Sin embargo, como a los demás mafiosos, el asesinato del ministro Rodrigo Lara Bonilla en abril de 1984, lo puso en la órbita de la extradición. Fue así como en mayo de ese mismo año la Corte Suprema de Justicia rindió concepto favorable para su envío a Estados Unidos, en virtud de un requerimiento de la Corte Distrital de La Florida. En otras palabras, judicialmente hablando quedó listo para que, en caso de que fuera detenido, pudiera ser extraditado a Estados Unidos para responder por narcotráfico.
La verdad es que nunca atendió mucho los requerimientos de seguridad y en tres oportunidades estuvo a punto de ser capturado. La primera vez en los Llanos del Yarí, en el Caquetá, días después del desmantelamiento del laboratorio de ‘Tranquilandia’ en 1984. Después en área rural de Puerto Gaitán (Meta), en una propiedad a orillas del río Manacacías, en 1985. Finalmente, en la finca Airapúa, también en el Meta, el mismo año. Aun así, con desafiante conducta daba entrevistas a la prensa y retaba a sus socios.
El día de su captura llevaba una semana dedicado al licor y la droga, lo que hizo posicionar inicialmente la versión de que la Policía le había llegado más por el escándalo de la fiesta en la vereda Los Toldos que por labores de inteligencia de la institución. Después se dijo que una de sus amantes lo había traicionado y luego se aceptó que había sido producto de una delación. El jefe guerrillero Jacobo Arenas, en una entrevista publicada por la revista Semana en esos días, dio con una versión más sensata:
“¿A quién se le ocurre que Lehder tenga un grupo de 14 hombres armados de metralletas y cuando la Policía lo coge preso, ninguno de sus bandidos haga un tiro? Está perfectamente claro que fue un sainete, un montaje, a Carlos Lehder lo sacaron del negocio sus propios compañeros, seguramente por loco”. Días después, el propio narcotraficante, dentro de las pocas declaraciones que se conocieron, admitió que había sido traicionado por otros mafiosos. Fue el trofeo que pudo exhibir el gobierno Barco en su lucha contra la mafia.
La prueba fue la premura con que se obró atendiendo una solicitud expresa de Estados Unidos. Sólo duró ocho horas en Colombia después de su captura. En un helicóptero de la Policía lo movieron de Guarne al aeropuerto de Ríonegro. De esta terminal aérea al aeropuerto militar de Catam, fue transportado en un Hércules de la Fuerza Aérea, y antes de caer la tarde, en un avión Turbo Commander, con previa escala en la base de Guantánamo, enviado a una base aérea en el estado de La Florida.
Si a Lehder Rivas lo tomó por sorpresa y hasta llegó a burlarse de quienes lo capturaron porque tenía plena confianza de que no sería extraditado, también a los demás mafiosos los dejó estupefactos la decisión del Gobierno. El Tratado de Extradición se había caído en la Corte Suprema de Justicia en diciembre de 1986, pero el presidente Barco tomó la decisión basado en la presunción de legalidad que le daba haber tratado de enmendar el error de la ley aprobatoria del Tratado, imponiéndole su firma. Para los mafiosos, la extradición de Lehder fue el paso previo a su terrorismo.

Uno de los criminales más ricos.

CARLOS LEHDER

Carlos Lehder fue uno de los co-fundadores del infame Cartel de Medellín, el grupo de magnates de la droga de Sur América, responsables de enviar sustancias ilegales valoradas en US $ 60 millones por día, en su mejor momento (otro de sus líderes, José Gonzalo Rodríguez Gacha, entró a la lista anual de Forbes de multimillonarios, en 1980).
Descrito como un megalómano, este criminal no reparó en gastos para el transporte de su preciada cocaína, incluso compró un avión privado y una isla en las Bahamas, para que le ayudara a contrabandear las drogas en los EE.UU. Finalmente fue encarcelado en la década de 1980 y sigue en una cárcel de los EE.UU. hasta el día de hoy.



Negocios de Lehder


Carlos Enrique Lehder Rivas (nacimiento Armenia Quindio), 7 de septiembre de 1949) es un presidiarioy ex-narcotraficante colombiano, cofundador del cartel de Medellin.

 De padre alemán y madre colombiana, Lehder Rivas posee la nacionalidad alemana.

La carrera delictiva de Lehder comienza con tráfico de marihuana en pequeñas cantidades entre los Estados Unidos y Canadá. Mientras el cumplía una condena en la prisión federal de Danbury, Connecticut Lehder decidió que a su salida aprovecharía el creciente mercado de la cocaína en los Estados Unidos y se asoció con su compañero de celda George Jung. Roman Varone y Jung ya habían experimentado con llevar<marihuana a Estados Unidos desde México en pequeñas aeronaves por debajo del nivel de alcance de los radares y aterrizando en lechos secos de río. Inspirado en esa idea, Lehder decide aplicar el mismo principio al transporte de drogas.


Después de salir bajo palabra, Lehder y Jung empezaron a construir una base económica a través del narcotráfico básico, contrataban ciudadanas estadounidenses, les pagaban vacaciones en Anyigua en donde recibían la cocaína y la llevaban a Estados Unidos en sus maletas de viaje. Repitiendo este proceso muchas veces lograron el dinero para comprar una avioneta.
Con la avioneta y un piloto profesional, se dedicaron a llevar cocaína a Estados Unidos desde las Bahamas, incrementando sus recursos financieros y cimentando las relaciones con proveedores colombianos. Al mismo tiempo empezaron a repartir dinero entre las autoridades de Bahamas para obtener protección oficial y judicial.
Esta fue la semilla del Cartel de Medellín, la sociedad de Lehder y Jung transportaba y distribuía el material que Pablo Escobar les suministraba y los hermanos Ochoa colaboraban con el poder económico y social derivado de sus conexiones.

La extradición de Carlos Lehder

El miércoles 4 de febrero de 1987, en la vereda Los Toldos del municipio de Guarne (Antioquia), junto a 14 personas más fue capturado por la Policía el narcotraficante Carlos Lehder Rivas. Horas más tarde, luego de una rápida decisión del presidente Virgilio Barco, fue extraditado a Estados Unidos. 

La justicia norteamericana le aplicó todo el rigor de la ley y hoy, 25 años después, continúa preso en una cárcel de La Florida. En su momento, su captura y extradición fue el más duro golpe del Estado a los carteles de la droga.
La historia de Carlos Lehder Rivas constituye una saga delincuencial aparte. Nacido en Armenia (Quindío) en 1949, su padre era un emigrante alemán que había llegado a Colombia desde los años 20 y se asentó en el Eje Cafetero, donde además de contraer matrimonio con una joven de la región, se hizo propietario de un acreditado restaurante. No obstante, después de la separación de sus padres, Lehder fue a parar a un internado, de donde se fugó a los 15 años y se fue a buscar fortuna a Estados Unidos.
Su nuevo destino fue la ciudad de Nueva York, donde pudo ubicarse en la comunidad latina, desempeñando diversos oficios. Sin embargo, también encajó en el mundo ilegal, al punto de que en junio de 1973 fue detenido por primera vez bajo el señalamiento de movilizarse en un carro robado. Rápidamente quedó libre, pero a los pocos meses volvió a ser detenido, esta vez por la posesión de un cargamento de marihuana. Su registro judicial refiere dos capturas más y su libertad definitiva a finales de los años 70.
Es en ese momento cuando empieza a consolidarse en el mundo del narcotráfico. Nunca quedó claro cómo logró hacerse a la propiedad, pero de la noche a la mañana se volvió el anfitrión de la isla Cayo Norman, de las islas Bahamas, no muy lejos de las costas de La Florida. En dicho lugar, viviendo a sus anchas como un potentado, Lehder Rivas se transformó en el gran socio de varios capos de la droga que utilizaban Cayo Norman para reaprovisionar sus aviones o reembarcar toneladas de droga que terminaron en EE.UU.
Su reinado de impunidad duró hasta finales de 1979 cuando la policía de las Bahamas promovió una enorme redada en Cayo Norman y arrestó a más de 30 personas. Lehder logró evadirse, pero días después una Corte del Distrito de Florida formuló cargos en su contra por posesión y distribución de cocaína. En busca de capturarlo, la DEA adelantó otro gigantesco operativo en Cayo Norman en 1980, pero en ese momento ya el habilidoso narcotraficante había decidido refugiarse en su natal Colombia.